Problematica de la Mujer
La mujer se abre paso hacia el poder

 

La mujer se abre paso hacia el poder

Fuente: La Republica del 16/04/2001

En 1956 llegó por primera vez al Congreso y este año estuvo más cerca que nunca de alcanzar la presidencia del Perú

La participación de la mujer en la vida política del país ha sido ascendente desde 1956, cuando ocho mujeres llegaron por primera vez al Poder Legislativo con las elecciones generales en las que fue elegido Manuel Prado Ugarteche para su segundo periodo presidencial. Hoy, nueve procesos electorales después, la voz femenina representa al 25 por ciento del Congreso. Es más, una mujer óLourdes Floresó estuvo más cerca que nunca de alcanzar lo que hasta hace unos años parecía un imposible: ser presidenta del Perú. Mérito incuestionable considerando que la mitad de la población del país está conformada por mujeres. Y si bien en el próximo Congreso la presencia femenina ha disminuido con relación al anterior, a unas 20 legisladoras, según las últimas cifras de la Onpe, para los especialistas esto no es perjudicial para la presencia femenina en la política.

Participación femenina en el Congreso desde de 1980

PERIODO 80-85: 2 senadoras y 13 diputadas, en total 15 mujeres, que representaron el 6.3% de la participación en el Congreso.
PERIODO 85-90: 3 senadoras y 10 diputadas, en total 13 mujeres en el Congreso, que representaron el 5.4%.
PERIODO 90-92: (INTERRUPCIÓN DEL GOLPE DE ESTADO) 4 senadoras y 12 diputadas, es decir, 16 congresistas, representaron el 6.7% del Legislativo.
PERIODO 93-95 (CCD): 7 mujeres, representaron el 8.8%.
PERIODO 95-2000: 13 congresistas, que representan el 10.8%.
PERIODO 2000-2001: 26 congresistas, representan el 25% del Congreso.

LAS PRIMERAS

Irene Silva Santolalla resultó electa senadora en 1956, y se convirtió en la primera mujer en ocupar un importante cargo público y político del cual habían sido marginadas las mujeres peruanas, las que hasta 1955 no tenían derecho al voto, por lo tanto, tampoco derecho a elegir ni ser elegidas.

Armando Villanueva del Campo, dirigente aprista, recuerda a Silva Santolalla como una mujer muy inteligente que contribuyó al debate en el Congreso. «Ella fue una independiente, que, según recuerdo, fue elegida por el movimiento político de Prado», dijo.

Silva Santolalla fue fundadora de las escuelas de Educación Familiar y la instauradora del curso del mismo nombre en los ocho años de enseñanza media, de la época.

Otras mujeres fueron elegidas diputadas el mismo año: María Mercedes Colina Lozano de Gotu-zzo, María Eleonora Silva y Silva, Juana Ubilluz de Palacios, Lola Blanco Montesinos de La Rosa Sánchez, Alicia Blanco Montesinos de Salinas, Manuela C. Billinghurst López, Matilde Pérez Palacio Carranza y Carlota Ramos de Santolaya.

La elección de Silva Santolalla y las ocho diputadas fue el resultado de un arduo debate y lucha de las mujeres, durante más de 20 años, para lograr el voto femenino, ya que hasta 1955 era un derecho exclusivo de los varones que sabían leer y escribir.

Voto femenino

El derecho al voto femenino se puso en debate en la década de los 30 y fueron sus voceras Zoila Aurora Cáceres Moreno óhija de Andrés Avelino Cáceresó, Magda Portal, Angela Ramos, entre otras conotadas mujeres, y con el impulso de la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948 las mujeres lograron esta conquista.

En dicha Declaración Universal se reconoce el derecho al sufragio de la mujer y es cuando el Congreso de la República aprueba la Ley 12391 que otorga ciudadanía a las mujeres mayores de edad que sabían leer y escribir, con lo cual les concedió también el derecho pleno a elegir y ser elegidas. Con esta ley el Congreso modificó la Constitución entonces vigente y permitió el acceso de la mujer al Legislativo. Sin embargo, la Constitución del 79 universalizó y democratizó el voto, pues ciudadanos analfabetos, tanto varones como mujeres, podían también ejercer este derecho.

Desde entonces las mujeres han sabido ganar su espacio político, tanto es así que han llegado a la presidencia del Congreso, a diversos ministerios y a participar en una cotienda electoral por la presidencia de la República, como fue el caso de Lourdes Flores Nano, quien por pocos puntos quedó en tercer lugar.

En ascenso

En la década pasada la particpación de la mujer fue promovida por normas como la Ley de Coutas, promulgada en 1996, la cual establecía que en una lista parlamentaria se incluya un 25 por ciento de participación de la mujer, cifra que luego aumento a 30.

Diana Miloslavich Túpac, coordinadora del Movimiento Amplio de Mujeres, revela en términos cuantitativos la participación de la mujer en el Congreso desde 1980, que tuvo su máxima expresión en las elecciones del 2000, cuando las mujeres ocuparon 26 curules. Para el periodo legislativo 80-85, ingresaron al Congreso dos senadoras y 13 diputadas; en el 85-90 tres senadoras y 10 diputadas y en el 90-92 (año del autogolpe) fueron eligidas cuatro senadoras y 12 diputadas. En el Congreso Constituyente Democrático hubo siete representantes mujeres, y doce para el periodo 95-200.

Para Miloslavich, la próxima elección congresal no significa un retroceso en la participación política de la mujer, pues la bancada más importante será la de Perú Posible, que tiene a 11 mujeres en el Congreso. Además la candidata presidencial Lourdes Flores ha obtenido más de dos millones de votos, lo cual refleja la aceptación de la sociedad a la participación femenina, al margen de sus propuestas políticas.

Las directivas

En lo que ha sido considerado como un hecho inédito en la historia del país y de Latinoamérica, la mujer peruana ha llegado a tener en sus manos la direccción de primer Poder del Estado, que en 1995, estuvo presidido por la congresista Martha Chávez, al margen de su conducta parlamentaria durante el fujimorismo (ver recuadro).

Y en el siguiente periodo, que comprende la frustrada reelección presidencial, mujeres fueron las integrantes de la mesa directiva del Congreso, que estuvo presidida por Martha Hildebrantd e integrada por Luz Salgado, Mariaelena Monsalve y María Jesús Espinoza.

Según Miloslavich, la conducta política de estas legisladoras en el Congreso no es el motivo por el cual se ha reducido el voto femenino, por el contrario debe servir de reflexión para inducir al voto femenino, pero por la democracia.

«Ha habido el error querer atribuir al gobierno de Fujimori los logros alcanzados por la mujer, igual se dice que Odría dio el voto a la mujer, cuando esto fue una demanda de años. Lo que ocurre es que Fujimori supo los beneficios políticos que podía obtener, ya que las mujeres somos la mitad de la población, y socialmente es un sector importante», manifestó.

 

 

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