Comisión de la VERDAD
La matanza de ACCOMARCA

Un camión por 69 vidas

Fuente: La Republica del 15/06/2003 (Por ANA NÚÑEZ)

Casi 18 años han pasado ya desde aquella nefasta mañana del 14 de agosto de 1985, y los deudos de Accomarca aún sienten que la vida de sus 69 parientes asesinados cuesta menos que lo que vale un viejo camión de mediados del siglo pasado. Y es que no sólo los principales responsables de esas muertes absurdas caminan libres por las calles, sino que a la fecha esa vieja máquina de doble tracción, entregada por la entonces primera dama, Pilar Nores de García, es lo único que recibieron como resarcimiento por la aniquilación a sangre fría de sus padres, hermanos e hijos. 

Don Lorenzo Gómez Pulido recuerda cada una de las veces que pidió justicia, ayuda y reparación para Accomarca Recuerda, por ejemplo, la reunión del 8 de noviembre de 1985, en el Salón Túpac Amaru de Palacio de Gobierno. 

Aún con el alma en pedazos por la muerte de su padre, Pastor Gómez de la Cruz, a manos de la patrulla encabezada por el entonces subteniente del Ejército Telmo Hurtado Hurtado, expuso al entonces presidente Alan García Pérez sobre todas las necesidades del desolado y abandonado pueblo. 

"García prometió compensarnos, señorita. Nos escuchó y prometió hacer todo lo posible para que los campesinos regresen a Accomarca y para que el pueblo se desarrolle. Pero nada se cumplió, hay un acta de convenio, inclusive. Sólo recibimos el camión que la primera dama entregó a los hijos de Accomarca", dice, mientras busca el documento al que hace mención, entre decenas, quizá cientos, de papeles que guarda en un grueso fólder manila.

INCUMPLIENDO COMPROMISOS 
El documento al que se refiere el accomarquino, de aproximadamente 60 años, es precisamente un "convenio" para la implementación de un Programa Integral de Desarrollo Comunal, suscrito el 2 de diciembre de 1985, luego de que una comisión del Ejecutivo enviada por Alan García a Accomarca -integrada por los ministros de Salud, Educación y Vivienda de entonces- recorriera el paupérrimo poblado. 

En el acta se indica que como parte de un programa de desarrollo, implementado por directiva expresa del presidente García, se había atendido algunas prioridades de la población como la instalación de luz pública, agua potable y apoyo alimentario. 

Sin embargo, las necesidades eran mucho mayores, por lo que el gobierno se comprometía a cubrir una serie de programas para lograr el desarrollo de la zona. 

Estos compromisos, dice don Lorenzo, nunca se cumplieron. Nunca llegó, por ejemplo, el equipo y mobiliario para el centro educativo inicial de Accomarca ni los S/. 50 millones de presupuesto para su operación. Tampoco vieron llegar el equipo de radio para la oficina de correo del pueblo, ni el taller artesanal con tres telares para la comunidad. 

Por ese olvido, comenta Gómez Pulido, los deudos de la matanza lamentaron tanto que el líder aprista Alan García Pérez no haya reconocido durante su presentación ante la Comisión de la Verdad que durante su gobierno se firmó un convenio con los pobladores de Accomarca y que este no pasó de ser tinta sobre papel. 

La justicia no fue justa tampoco cuando el Consejo Supremo de Justicia Militar emitió sentencia sobre la matanza de Accomarca en febrero de 1993.

UN ASESINO ABSUELTO 
El entonces subteniente Telmo Hurtado fue absuelto de los delitos de homicidio calificado, negligencia y desobediencia, y condenado sólo por abuso de autoridad. 

La pena, seis años de prisión, ni siquiera fue cumplida a cabalidad, porque fue liberado en 1995 junto a otros violadores de derechos humanos, gracias a la ley de amnistía fujimorista. 

Además de esa condena, a Telmo Hurtado se le impuso una reparación civil para los deudos de su horrendo crimen. La irrisoria suma, que debía ser distribuida entre los deudos de las 69 víctimas, ascendía a S/. 500. "Es como si nos hubieran dicho que cada cholo cuesta S/. 8 soles", comenta con dureza don Lorenzo. 

El accomarquino afirma que su último intento por conseguir una reparación civil que saque de la pobreza a las viudas y huérfanos de Accomarca, y que de alguna manera ayude a cerrar la herida de las ausencias, ocurrió el año pasado. 

Gómez Pulido regresó a Palacio de Gobierno 17 años después de aquella reunión con García y se entrevistó con Fernando de la Flor, quien era entonces secretario general de la Casa de Pizarro. 

"No podemos hacer nada mientras no haya una sentencia judicial a su favor", le dijo el funcionario, y don Lorenzo tuvo que regresar a casa pensando que todo quedaría en aquel camión antiguo que recibieron en 1985 y que años después fue vendido por un alcalde de Accomarca, sin consentimiento de la comunidad, a mil dólares. Su batalla, sin embargo, continúa.

. Telmo Hurtado: otra denuncia 

En diciembre del año pasado Lorenzo Gómez Pulido presentó ante la Fiscalía Especializada en Desapariciones Forzosas, Ejecuciones Extrajudiciales y Exhumación de Fosas Clandestinas una denuncia penal por el delito de homicidio calificado contra Telmo Hurtado Hurtado y Hugo Rivera Rondón, principales responsables de la matanza de Accomarca. 

Don Lorenzo espera que ahora, en tiempos de democracia, el expediente tenga mejor suerte que aquel que terminó en el Consejo Supremo de Justicia Militar (CSJM), donde Hurtado fue absuelto, pese admitió haber efectuado la matanza. 

Aunque existe la figura de la cosa juzgada, el director de Aprodeh, Miguel Jugo, recuerda que hay una recomendación de la Defensoría del Pueblo para que todas las sentencias del CSJM no tengan validez. 

Francisco Soberón, de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, dice que se podrían hallar nuevas responsabilidades.

MINISTERIO PUBLICO 
Por lo pronto el Ministerio Público pidió el 28 de marzo a la fiscalía de Ayacucho, a cargo de la magistrada Cristina Olizábal Ochoa, que amplíe las investigaciones por un plazo de 70 días. 

Se ha solicitado también que el Congreso y el CSJM envíen los informes y sentencias, respectivamente, que realizaron sobre la matanza de Accomarca. 

Gómez Pulido espera que en el informe de la Comisión de la Verdad también se determine que el caso es judiciable.

Esto sería un hecho, ya que el grupo presidido por Salomón Lerner considera que casos como el de Accomarca merecen una nueva investigación y sanción para los responsables. Quizá, luego de eso, el viejo camión quedaría en el olvido.

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