ALERTA !!!
No se ubica 60% de equipo de "chuponeo"

Montesinos, Huamán Azcurrra y Wong Venegas escondieron interceptores

Fuente: La republica del 23/12/2001
Por OSCAR LIBON
Unidad de Investigación

Hasta hoy, los magistrados anticorrupción no han logrado ubicar el destino de más del 60 por ciento de los equipos de interceptación telefónica usados con fines políticos por el sistema de inteligencia durante el régimen de Alberto Fujimori.

No sólo el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), capitaneado por Vladmimiro Montesinos Torres, sino los correspondientes órganos secretos de seguridad de los tres institutos armados y de la Policía Nacional se dedicaron a la ilegal práctica de espiar con interés político.

Parte de los equipos de interceptación cuyo paradero desconoce el Estado peruano estaría siendo utilizado secretamente por personal militar respondiendo a las órdenes del ex jefe de la Dirección de Información Electrónica (DIE) del SIN Roberto Huamán Azcurra.

Conforme se ha testimoniado en demasía en el curso de las investigaciones sobre interceptación telefónica, Huamán Azcurra emprendió un operativo de desmontaje y destrucción de los equipos para «chuponeo» tan luego como el propio Fujimori se vio obligado a desactivar el SIN.

Sin embargo, la orden impartida por el ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos antes de fugar del país, el 23 de setiembre del 2000, no se habría cumplido a cabalidad.

Algunos equipos fueron conservados y recientemente se ha conocido que los ex presidentes Valentín Paniagua Corazao y Alan García Pérez habrían sido objeto de escuchas telefónicas a través de la infraestructura perdida.

En un documento de dos páginas titulado «Interceptaciones telefónicas», que forma parte del expediente judicial del caso, se afirma que «días antes de que Montesinos viajara a Panamá dio la orden para que los equipos de interceptación telefónica que tenía el SIN fueran desactivados y trasladados a otro lugar»,.

«Las personas encargadas de cumplir esta labor fueron el general de brigada EP Rubén Wong Venegas y el coronel EP Roberto Huamán (hombres de confianza de Montesinos)», señala la documentación que tiene a pie de página, escrita a mano, el número de libreta electoral 09532075, que corresponde al ex asesor del SIN Rafael Merino Bartet.

«En un primer momento se tiene conocimiento que los equipos fueron desmontados y ëescondidosí, provisionalmente, en la réplica de la embajada de Japón, ubicada en un terreno adyacente al SIN», indica la información a la que tuvo acceso La República, y que tiene como fecha el 6 de febrero de este año.

El documento añade que parte de los equipos de «chuponeo» fueron trasladados al sótano de la Comandancia General del Ejército («Pentagonito»), en donde las intalaciones fueron acondicionadas de manera acelerada «con pleno conocimiento del general EP José Villanueva Ruesta», entonces comandante general del Ejército.

El encargado de supervisar «la construcción de los ambientes en la mencionada comandancia fue el general Rubén Wong».

«Antes de la salida del general Villanueva Ruesta del cargo de comandante general (noviembre del 2000), se terminaron los trabajos y se procedió al traslado de los aparatos», afirma la versión.

En ese sentido, también existe la posibilidad de que los equipos de espionaje telefónico puedan estar en poder de algunas de las más de cien personas que no estaban registradas oficialmente en los órganos de inteligencia pero que fueron contratadas para realizar actividades de interceptación, de acuerdo con la declaración de Vladimiro Montesinos ante las autoridades judiciales.

«(Ö) Los técnicos Pedro Tolentino y Sotero Sabrera, junto al comandante Manuel Ramírez Ortiz, eran los encargados directos de la interceptación y contaban para ello con más de 100 personas que no figuraban en planillas. Era personal retirado, trabajaban en turno de 8 horas pero las 24 horas del día», confesó Montesinos según la documentación a la que tuvo acceso esta redacción.

Testimonios de personal militar que perteneció a la DIE (Dirección de Información Electrónica) corroboran la desactivación y el traslado de los equipos de espionaje, luego de la fuga de Montesinos a Centro América.

El suboficial EP Sotero Sabrera Céspedes, quien desde 1996 hasta noviembre del año pasado se desempeñó como mecánico de comunicaciones y electrónica bajo el mando de Roberto Huamán, manifestó que recibió la orden de «replegar» los aparatos de «chuponeo».

«El comandante Ramírez Ortiz me ordenó que replegara los equipos que se encontraban en el almacén, y en lo referente a los demás ambientes (departamentos) supongo que recibieron la misma orden. Trajeron cajas y se empaquetaron todos los enseres del ambiente y los dejamos en el mismo lugar», sostuvo Sabrera.

Y agregó: «Después observé que estos (equipos de interceptación) eran transportados a unos camiones que no tenían números de placa. No sé el lugar adonde fueron llevados».

Al respecto, el suboficial Pedro Tolentino García dijo que «el coronel Huamán Azcurra nos ordenó al jefe del departamento C-29 (implementado en convenio antidrogas con los Estados Unidos), y a mí, el repliegue del material a la embajada de EEUU. Les devolvimos equipo de interceptación celular, computadora, impresora, teléfono, fax, radio».

Tolentino afirmó que también el material que estaba en la jefatura fue retirado y entregado al comandante Ramírez, «las computadoras son entregadas al almacén que eran de la DIE».

Según esta versión, algunos equipos de «chuponeo» fueron destruidos por mandato de Huamán Azcurra.

«Lo que se destruyó fueron equipos PK, de la jefatura y del almacén, el material lo llevaron a la réplica de la embajada de Japón (cerca del SIN), y allí se procedió a destruir las grabadoras y después se llevó a una fundición a Villa El Salvador. Mi participación fue cortar los fierros y llevar equipos a la fundición y vigilar que se destruya», reveló Tolentino.

Añadió: «El equipo de interceptación celular que se devolvió a la embajada estadounidense era un equipo que le decían «conejo», era un escáner y otro equipo cuyo nombre no recuerdo», declaró Tolentino García.

El suboficial refirió quiénes habían participado en la destrucción de los aparatos e incluso manifestó que uno de los equipos no fue incinerado.

«En la destrucción de los equipos estuvieron los técnicos Alegría, Sabrera, Mamani Apaza y el comandante Ramírez. El capitán Briole Scarone llevó el material pero no lo destruyó. Había más personas pero no recuerdo sus nombres», aseveró.

Para la estructura anticorrupción óconformada por jueces, fiscales, procuradores y policía especializadaó resulta difícil determinar la cantidad de equipos de interceptación adquirida por el sistema de inteligencia nacional (Ejército, Fuerza Aérea, Marina, Policía Nacional).
Al parecer, casi todos los registros oficiales fueron «desaparecidos». En consecuencia, tampoco se puede establecer el número de aparatos de espionaje que faltan en los órganos de inteligencia.

La justicia indaga el destino de infraestructura de interceptación telefónica que sirvió para montar operativos que nada tienen que ver con la seguridad nacional. Se pone el acento en la actividad desarrollada por la Dirección de Información Electrónica (DIE) desde el SIN y el Plan Emilio a cargo de la FAP. Este último distorsionado por Montesinos y Fujimori en su afán de perennizarse en el poder.

 

 

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